El origen del apellido Caviglia
El origen del apellido Caviglia



Los carpinteros de San Mauricio


n lo que hoy es Italia, en las cercanías de Génova - poderosa ciudad marítima desde los tiempos del Imperio Romano - existía en el siglo XVI un pueblito de pescadores llamado San Maurizio.

Usaban para la pesca barcos hechos de madera. Desde los tiempos en que Roma mantuvo con Cartago las Guerras Púnicas, en Génova se construyeron barcos de madera. Pero, los barcos de madera no pueden construirse usando clavos metálicos, porque se oxidarían con el agua de mar.

Vivía en San Maurizio una familia de carpinteros que se enseñaban el oficio de padres a hijos. Su oficio era especializado; producían unas afinadas clavijas de madera, de forma ligeramente cónica, indispensables para el armado de los barcos de madera ya que calzándolas a presión permitían unir las cuadernas y las partes de madera que forman el casco.


n italiano, unas afinadas clavijas de madera, de forma ligeramente cónica, indispensables para el armado de los barcos de madera calzándolas a presión para unir las cuadernas y las partes de madera que forman el casco, se llaman caviglia.

Existe la suposición, muy atinada por cierto, de que alguno de esos carpinteros que fabricaban las “caviglia” recibió como apodo el nombre de lo caviglia: “el clavija”, y que así nació este apellido.

Y, aunque esta teoría no puede confirmarse — como se dice en italiano

se non é vero, é ben trovatto...

Parece que un día uno de los hijos del carpintero Caviglia, tuvo un desentendimiento con su padre, y se alejó de San Maurizio.


ambién en el norte de Italia, en la zona de las montañas, había existido un castillo feudal construído sobre un monte muy escarpado, llamado Monte Bianco.

Debido a lo inaccesible del lugar, el castillo terminó convertido en cárcel: resultaba tan difícil subir, como bajar.

Como no había otro medio de subir que hacerlo a lomo de mula, la guarnición de guardia de la cárcel debió radicarse en la cima; a los soldados los acompañaron sus familias. Surgió un pequeño poblado alrededor de la cárcel, y pronto otros fueron a vivir allí, para atender sus necesidades y las de la propia cárcel. Ese pueblo comenzó a llamarse Castel Bianco.

En Castel Bianco vivía, a principios del siglo XIX, un carpintero que tenía varios hijos; y como sabía el oficio de carpintero, sus hijos eran carpinteros. Su apellido era Caviglia.

También tenía una hija, joven. Se llamaba Bianca, tal vez reminiscencia del nombre del pueblito.

Bianca se enamoró de un rico vendedor de maderas de San Remo. Tal vez lo conoció porque a él sus hermanos adquirían las maderas para su taller.


espués llegó la unificación política de Italia. Había muchísimos pueblos que se llamaban Castel Bianco. Sortearon cuál conservaría el nombre, y nuestro Castel Bianco no tuvo la suerte de poder conservar su nombre.

Eligieron sus habitantes que el pueblo pasara a llamarse Castel Vittorio, porque ése era el nombre del nuevo príncipe de la monarquía italiana de la Casa de Saboya, Vittorio Emmanuelle.

Pero ocurrió que muchos otros pueblos que se habían quedado sin nombre, querían también llamarse Castel Vittorio. Sortearon nuevamente, pero esta vez, el pueblo pudo conservar el nombre de Castel Vittorio.


ran tiempos difíciles. Uno de los hijos del carpintero de Castel Vittorio, que se llamaba Camilo Caviglia, decidió tomar el camino de América. Parece que también uno de sus hermanos - que como buen carpintero se llamaba Juan - ya lo había hecho, o tal vez lo hizo poco después. Camilo se radicó en Montevideo; parece - no es seguro - que Juan fue a Buenos Aires, pero lo cierto es que en la Argentina algunas personas de este apellido han tenido notoriedad.

Otro hermano se había unido a las milicias durante la época de las guerras de unificación; y tuvo un hijo que se hizo militar de carrera, ya bajo el nuevo Estado Italiano. Se llamaba Enrico Caviglia; llegó a General, y a ocupar un alto mando de las Fuerzas Armadas italianas en la Primer Guerra Mundial.

La hija del carpintero de Castel Vittorio, Bianca Caviglia, tenía un hermano muy pequeño, Buenaventura, que quedó huérfano antes de haber tenido tiempo de aprender el oficio de carpintero, como sus hermanos.

Cuando su hermano pequeño quedó huérfano, Bianca Caviglia lo llevó a vivir con ella en su casa de San Remo. Como su esposo, el comerciante en maderas, tenía una muy buena posición económica, Buenaventura recibió una educación excelente.

Cuando culminaba la adolescencia, falleció el esposo de su hermana, la que, carente de bienes propios que pasaron a los familiares del difunto, hubo de vivir en condiciones sumamente modestas.

El hermano menor, Buenaventura, que ella había protegido, criado y educado, y que había aprendido a negociar en maderas junto a su cuñado, conocía a muchos proveedores de maderas de buena calidad. Y también conocía a los clientes de esos proveedores, que solían ser ebanistas fabricantes de muebles de calidad y alto precio.

Como no pudo continuar el negocio en San Remo, decidió irse a América y unirse a su hermano Camilo. Prometió a su hermana que haría fortuna y le devolvería a su anterior posición, como retribución de lo que ella había hecho por él.


uenaventura optó por venirse al Uruguay donde su hermano Camilo - bastante mayor que él - como es lógico, trabajaba como carpintero. Los hermanos se asociaron, y gracias a los conocimientos del mercado de las maderas finas y de los fabricantes europeos, dedicada a la fabricación de muebles la carpintería “Caviglia Hermanos” prosperó rapidamente. Buenaventura, finalmente compró la parte social de Camilo, y quedó como único propietario de lo que ya se había convertido en un próspero negocio de mueblería de la mejor calidad: la Mueblería Caviglia, sita en la calle 25 de Mayo Nº 569, en Montevideo.

Pasados unos años viajó a Italia. Se había convertido en uno de los italianos más destacados de la emigración. El Rey Vittorio Emmanuelle lo distinguió otorgándole una condecoración como Cavalliere dell'Industria. Compró la casa en que había vivido en San Remo con su hermana, y mandó construir un camino que subía a Castel Vittorio.

Quiso investigar los orígenes de su familia. Hubo que reconstruir los vínculos perdidos en los registros de la capilla de Castel Bianco. Con ello, y mediante otros documentos y testimonios de viejos habitantes, averiguó que su padre era descendiente de un carpintero llegado a la zona de Castel Bianco, proveniente de un pueblo de pescadores cerca de Génova, que se llamaba Porto Maurizio, y cuya familia se había dedicado por varias generaciones a hacer unas clavijas que se usaban para unir las partes de los barcos de madera.


uenaventura Caviglia se convirtió en uno de los empresarios más importantes en el Uruguay. Fue uno de los fundadores de la Cámara de Industrias. Invirtió en propiedades urbanas y compró tierras.

A principios del siglo XX, y por los años prósperos del 1920, la calle 25 de Mayo, era la calle de los comercios de gran categoría en Montevideo. Allí adquirió varios terrenos, con acceso a las cuatro calles de la manzana comprendida por 25 de Mayo, Ituzaingó, Cerrito y Juan Carlos Gómez. En el 569 de 25 de Mayo, se instalaron los salones de venta de la Mueblería Caviglia. Por Ituzaingó estaban los talleres y sobre ellos la administración. Por Cerrito había un gran depósito; y en Juan Carlos Gómez casi Cerrito construyó la que fue su residencia.

Dentro de un rulo del Río Negro, cerca de la ciudad de Mercedes, por donde se forma el rincón con el arroyo Dacá, adquirió los campos y el castillo que había sido del Barón de Mauá, donde fundó la Estancia “Santa Blanca” (que era el nombre de su hermana y de una de sus hijas). La dedicó a la agricultura intensiva. Allí fueron plantados olivos y viñas traídos de Italia, y se estableció una agro-industria de aceite de oliva y vino. Muchos italianos que emigraron luego de la primer Guerra Mundial, se asentaron en esos campos.

También adquirió un predio en una de las colinas más altas de las afueras de Montevideo, situada frente al Cerrito de la Victoria, desde donde se dominaba la vista de los dos caminos que iban hacia el Río de la Plata, uno hacia Punta Carretas y el otro hacia el Puerto de Buceo. Allí construyó una hermosa casa-quinta, con un mirador elevado, que estuvo en pie hasta la década de 1960. Es el lugar en que actualmente está construído el Edificio Libertad, desde 1985 sede del Poder Ejecutivo del Uruguay.


amilo Caviglia, luego de vender a su hermano Buenaventura su parte en el taller de muebles, se retiró como carpintero.

Casado con otra italiana, Catalina Debenedetti, habian tenido muchos hijos, varios de los cuales también fueron carpinteros, y ebanistas. Los más diestros en el oficio, fueron Rómulo, Remo y especialmente Juan. De las manos de Juan salió, entre otros trabajos, la puerta de la casa del Gral. Santos, que fuera Presidente de la República; notable trabajo de escultura en madera, que todavía da acceso a la actual sede del Ministerio de Relaciones Exteriores.

El penúltimo de los 11 hijos de Camilo, fue llamado Angel Florencio, padre del Dr. Ángel S. Caviglia.

Tenía condiciones innatas como dibujante, y trabajó con su tío Buenaventura en la fábrica de muebles, como diseñador. Dibujaba los modelos y luego realizaba las “plantillas” sobre madera compensada, con las que posteriormente se fabricaban los muebles. También estudió teneduría de libros, y se ocupaba de llevar la contabilidad de la fábrica de muebles, que estaba situada en la calle Pampas, cerca del casi recién edificado Palacio Legislativo.

Cuando se casó, pasó a vivir en la calle Rocha casi Pampas, a pocas cuadras de la fábrica de muebles. Pocos años después, un incendio destruyó totalmente la fábrica; y con ella la colección de plantillas de centenares de muebles de diseño clásico europeo y norteamericano, sin duda absolutamente irremplazables, que él había dibujado.


uenaventura Caviglia tuvo tres hijos, y dos hijas.

Uno de ellos, Luis, que era Abogado, se había dedicado tanto al Derecho como al comercio y a la política. Se especializó en Derecho Comercial. Como comerciante, estableció un sistema de ventas a plazos sobre el cual se asentó la expansión comercial de la Mueblería que, mediante ese sistema de ventas proveyó el mobiliario de casi todas las residencias importantes del Uruguay. Como jurista y legislador, fue el inspirador de la Ley de Sociedades de Responsabilidad Limitada, que fue un instrumento esencial para el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas en el Uruguay.

En 1930, Luis Caviglia era presidente del Consejo Nacional de Administración, órgano que compartía el Poder Ejecutivo con la Presidencia de la República que ejercía el Dr. Gabriel Terra. El equilibrio político era difícil en ese sistema de gobierno establecido por la Constitución aprobada en 1917; y más en las difíciles circunstancias económicas emanadas de la crisis mundial de 1929.

Dejó el Consejo Nacional de Administración - que se renovaba parcialmente - el 28 de febrero de 1931. El 31 de marzo de 1931 el Dr. Terra Presidente de la República disolvió el Consejo de Administración y las Cámaras del Parlamento. La decisión final, fue tomada en la noche de ese 31 de marzo, en el Salón de Honor del Cuerpo de Bomberos de Montevideo; rodeando la misma mesa en torno a la que, años después, en más de una oportunidad el Dr. Ángel S. Caviglia, como Asesor Letrado de la Dirección Nacional de Bomberos, participó en reuniones. En ese mismo Salón en el cual un entonces joven Oficial de Bomberos que aquella noche se encontraba de guardia en él, siendo ya Capitán le relató lo que entonces presenciara.

Entonces, el Dr. Luis Caviglia dejó definitivamente la política, y se dedicó intensamente a dirigir la Mueblería Caviglia en la difícil situación que sucedió a la Gran Depresión de 1929.

tro de los hijos de Buenaventura, de su mismo nombre y también abogado, se dedicó a la Historia americana. Reunió la colección más completa del mundo de mapas post-colombinos de América, que finalmente donó a la Biblioteca Nacional del Uruguay.

Lingüista de reconocido renombre, se dedicó al estudio de las lenguas indígenas de América del Sur, siendo autoridad mundial en lenguas guaraní-tupíes - sobre lo cual publicó varios libros - y aún hoy es considerado cabeza de una de las dos escuelas que discrepan respecto de esos idiomas.

Buenaventura Caviglia (h), como gustaba presentarse, escribió algunos libros. Tal vez el más interesante, es aquel en que analiza el origen etimológico de la palabra “gaucho”. Sostiene que el término proviene de Rio Grande del Sur — territorio que conoció muy bien pues tuvo campos en la zona de Passo Fundo — y que su origen viene de la pronunciación portuguesa de “garrúcho”, portador de garrocha, es decir, una larga picana, de madera, que los jinetes usaban para arriar el ganado.

l tercero de los hijos de Buenaventura, Juan Pedro, relató al Dr. Ángel S. Caviglia esta historia de los orígenes de la familia Caviglia en el Uruguay, y su versión del origen del apellido. Fue en la Estancia “Santa Blanca”, en el verano de 1948; cuando Juan Pedro invitó a su primo “Angelito” y su familia a pasar allí una temporada con motivo de su convalescencia por una intervención quirúrgica.



ctualmente, en los edificios de las calles 25 de Mayo 569 y su salida por Ituzaingó, existen dependencias de la Corte Electoral.

En lo que eran los depósitos, sobre la calle Cerrito, existe un garaje; y en la parte alta funcionan las oficinas de la Junta Electoral de Montevideo.


a que fuera residencia de Buenaventura Caviglia (padre) primero, y luego de su hija Blanca, sobre la calle Juan Carlos Gómez casi Cerrito, fue durante un tiempo sede de un Juzgado - pero ahora tiene el lamentable destino de ser una pensión alquilada por habitaciones.

En la casa de Buenaventura Caviglia (hijo), en las esquina de las calles Paraguay y San José, se encuentran las oficinas de la Contaduría del Poder Judicial.


a Estancia “Santa Blanca” fue dividida en varios campos entre los sucesores de Buenaventura (padre). El castillo del Barón de Mauá - que primero fue una Escuela de Enología de la Universidad del Trabajo del Uruguay, en base a la anterior Bodega Santa Blanca - es hoy propiedad del Municipio del Departamento de Soriano, y alberga un Museo.

El maravilloso jardín y parque interior de añosos árboles, ya no los tiene. Los añosos arboles de ese jardín fueron vendidos como madera.

Esa misma madera que estuvo siempre firmemente unida al origen y a la vida de la Familia Caviglia. Con ella, Jaime Caviglia — bisnieto de don Buenaventura Caviglia — continúa fabricando muebles y honrando el prestigio de la Mueblería Caviglia.

Algunas veces, por su actividad profesional en la Cámara de Industrias, el Dr. Angel S. Caviglia ha tenido oportunidad de estar en el actual edificio de la Presidencia de la República; y de contemplar la ciudad desde sus ventanales. Así, ha podido imaginar cómo vería, desde el mirador de la torre que había en la azotea de su quinta, el viejo Buenaventura tal vez acompañado de su hermano Camilo, los campos cercanos, que hoy son parte de la ciudad, el camino que luego fue el Bulevar Artigas. Y seguramente hasta se divisarían, allá al final, las aguas del Río de la Plata, más allá de la Punta de las Carretas.




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