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          H I S T O R I A
                LA COLONIZACIÓN DEL CONTINENTE AMERICANO

La colonización española en el Río de la Plata


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El proceso de la colonización en el Río de la Plata
Creación de la gobernación del Río de la Plata
La colonización de la Banda Oriental | Fundación de la Colonia del Sacramento



Proceso de la colonización en el Río de la Plata

El proceso de colonización española en la zona del Río de la Plata, estuvo determinado durante casi todo el Siglo XVI, por el objetivo de sentar bases que permitieran emprender la exploración del Perú, donde según las informaciones obtenidas por los expedicionarios se encontraban grandes riquezas en oro y plata; que eran las que despertaban el interés de los españoles.

Por ese motivo, el centro de la colonización inicial fue la ciudad de Asunción, que siendo accesible desde el Océano por la vía marítima y fluvial, parecía ser una posición desde la cual pudiera llegarse al Perú. Sin embargo, los diversos intentos realizados fracasaron; en tanto que ya en 1531 Francisco Pizarro, partiendo desde Panamá había llegado al Imperio Inca. Por otra parte, dentro de las divisiones regionales establecidas en América, el Perú pertenecía a la región de Nueva Castilla.

De tal manera, paulatinamente fue percibiéndose que en estos territorios existía una riqueza potencial, que se había manifestado principalmente con el desarrollo de la ganadería a partir de la extraordinaria reproducción del ganado vacuno, importado por el Primer Adelantado Pedro de Mendoza, en las planicies argentinas, así como el llevado por Hernandarias al territorio al oriente del Río Uruguay; y el interés que despertaba dicha riqueza fue el determinante principal de su colonización.

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Creación de la gobernación del Río de la Plata

Habiéndose establecido el primer centro institucional colonial español en la ciudad de Asunción — actual capital de la República del Paraguay — fundada por Ayolas en 1537, allí residió el Gobernador y el Cabildo; y desde ella se dirigieron todas las actividades militares, administrativas y económicas de las nuevas colonias.

Esa situación se mantuvo hasta 1617, en que siendo Gobernador Hernandarias, y habiéndose formado un importante núcleo en la ciudad de Buenos Aires cuya segunda fundación realizara Juan de Garay el 11 de junio de 1580, el Gobernador solicitó al Rey que subdividiera las colonias españolas de “Nueva Andalucía” en dos Gobernaciones, una con sede en Asunción llamada Gobernación del Paraguay, y otra con sede en Buenos Aires llamada Gobernación del Río de la Plata.

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La colonización de la Banda Oriental

El territorio situado al este del Río Uruguay, al que pasó a denominarse como la Banda Oriental, había sido el explorado en primer término por los primeros navegantes españoles llegados al estuario del Río de la Plata, como Solís y Gaboto. Pero tanto ellos — en especial Gaboto en 1527 al establecer el Fuerte de San Salvador — como posteriormente Juan Romero al fundar el pueblo de San Juan en 1552 y Ortiz de Zárate con San Gabriel en 1573; debieron abandonar su empeño ante la agresividad de los indígenas charrúas.

Sin embargo, la situación comenzó a cambiar a partir de la introducción del ganado vacuno y equino por Hernandarias, en 1603, cuya rápida y extesa multiplicación permitió a los indígenas aprovecharlo como fuente de alimentación y de abrigo; y aprender a servirse de las cabalgaduras.

El desarrollo del ganado en la Banda Oriental, especialmente por parte de los portugueses que la invadían desde el sur del Brasil, tuvo una directa incidencia en la colonización del territorio de lo que acabaría siendo la República Oriental del Uruguay.

El Cabildo de Buenos Aires comenzó a otorgar autorizaciones para efectuar la explotación del ganado existente en la Banda Oriental, bajo la modalidad de los llamados faeneros. Éstos cruzaban el Río de la Plata desde Buenos Aires, con un grupo de peones, y acampando temporalmente se dedicaban a capturar el ganado, del cual extraían el cuero y los sebos, y ulteriormente comenzaron a preparar la carne mediante la salazón, que permitió su conservación deshidratándola bajo la forma del charque.

El procedimiento para la captura de los animales consistía en arriarlo mediante jinetes, y encerrarlos entre obstáculos naturales, especialmente cursos de agua; para luego derribarlos mediante el procedimiento de desjarretarlos, es decir, cortándoles los tendones de las patas mediante cuchillas en forma de media luna, atadas al extremo de largas varas generalmente hechas con cañas tacuaras que crecían abundantemente en ese territorio.

Esas condiciones fueron determinando que se eligieran habitualmente los mismos sitios propicios para realizar esas labores; y que asimismo se establecieran instalaciones permanentes, que eran utilizadas repetidamente por los faeneros.

La abundancia de los productos obtenidos por los faeneros, condujo asimismo a que las costas de la orilla oriental del Río de la Plata comenzaran a ser frecuentadas por mercaderes piratas — de origen variado, ingleses, holandeses, franceses — que contrabandeaban los cueros obtenidos por los faeneros, burlando el monopolio comercial que España aplicaba en sus colonias; para transportarlos a los mercados del Brasil, de las Antillas o de Europa, donde alcanzaban excelentes precios.

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Fundación de la Colonia del Sacramento (1680)

Sin embargo, la principal incidencia de la abundancia de ganado en la Banda Oriental como determinante de su colonización, fue la actividad de los portugueses provenientes del Brasil. Primeramente, fueron los mamelucos, como se denominaba a aventureros principalmente mestizos, que incursionaban en las praderas del norte de la Banda Oriental — cuya frontera no estaba claramente delimitada, y abarcaba buena parte del actual estado brasileño de Río Grande do Sul — con los mismos fines de capturar y cuerear el ganado cimarrón.

Pero Portugal, a partir de la colonización realizada en el Brasil, venía practicando una política territorial expansiva, dirigida a sobrepasar los imprecisos límites que le había fijado el Tratado de Tordesillas.

En 1679, el Gobernador del Brasil Manuel Lobo, organizó una expedición marítima al Río de la Plata, deteniéndose frente a la isla de San Gabriel. Desembarcando en la costa de la Banda Oriental, procedió a fundar a fines de enero de 1680 una plaza fuerte en el actual emplazamiento de la ciudad de Colonia, al que llamó Nova Colonia do Sacramento. Asimismo, los portugueses estacionaron guarniciones militares en las próximas islas San Gabriel y Martín García.

La plaza fuerte portuguesa en Colonia del Sacramento — situada justo enfrente de Buenos Aires — se convirtió rapidamente en un importante centro de comercio; por cuanto desde allí los portugueses organizaron el contrabando hacia Buenos Aires de mercaderías provenientes de Río de Janeiro, especialmente tabaco, azúcar, aguardientes y esclavos negros, a cambio del charque y de la plata proveniente del Perú.

Esas actividades produjeron gran inquietud entre los colonos de Buenos Aires y a las autoridades en España; lo que originó diversos episodios militares y tuvo como consecuencia la fundación de la ciudad de Montevideo.

En una acción inicial, los portugueses fueron desalojados por una partida militar llegada de Buenos Aires. Pero la diplomacia portuguesa obtuvo inmediatamente que el Rey Carlos II, aceptara devolverla, en 1681; luego de lo cual permaneció en poder de los portugueses durante 24 años. Recién en 1704 el nuevo Rey España, Felipe V, dispuso que fueran desalojados por una fuerza proveniente de Buenos Aires, comandada por Baltasar García Ross.

Sin embargo, cuando a consecuencia de sus conflictos europeos España y Portugal firmaron en 1715 el Tratado de Paz de Utrech, Portugal obtuvo la concesión de volver a ocupar la Colonia del Sacramento. En diciembre de 1723, una expedición portuguesa ingresó en el actual puerto de Montevideo; desalojándolo ante la amenaza de ser atacados por el entonces gobernador español de Buenos Aires, Bruno Mauricio de Zavala.

Finalmente, en 1777, antes las reiteradas violaciones portuguesas del Tratado de Utrech, el Virrey del Río de la Plata, Ceballos, envió un ejército que obligó a los portugueses de Colonia a abandonarla, y los españoles arrasarron totalmente el emplazamiento.

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