Nacido en 1794 en Montevideo, y fallecido en 1861, Gabriel Antonio Pereira fue un activo participante en el proceso de independencia y de la vida institucional inicial del Uruguay.

Participó como soldado en la revolución de 1811, y fue miembro de la logia “Los Caballeros Orientales” que, en 1823, luchó contra la dominación portuguesa de la Banda Oriental.

Tras la Cruzada Libertadora de Lavalleja, integró en 1825 el Gobierno Provisorio que se instaló en la Florida. De inmediato, fue designado como integrante de la Sala de Representantes de la Provincia Oriental, que redactó la Declaratoria de Independencia de 25 de agosto de 1825.

Integró la Asamblea Nacional Constituyente de 1828 - que elaboró la Constitución de 1830 - como diputado por Canelones, y fue designado vice-Presidente de la misma.

Al instalarse las autoridades establecidas por esa Constitución, Pereira integró el Senado de la República, del cual fue designado Presidente, cargo que abandonó temporalmente para cumplir funciones como Ministro de Hacienda entre 1830 y 1831.

En su calidad de Presidente del Senado, ocupó temporalmente la Presidencia de la República en varias oportunidades, especialmente en 1838 cuando Oribe renunció a ella.

Durante los conflictos civiles ulteriores, desempeñó varias funciones de importancia en el Gobierno de la Defensa, entre los años 1843 y 1851; fue nuevamente Ministro de Hacienda en 1847.

Contribuyó firmemente a los esfuerzos pacificadores de las luchas civiles, siendo designado en 1856 como Presidente de la República en función de ser considerado ajeno a las pasiones políticas partidarias. De tal modo, realizó un valioso aporte al esfuerzo de la política pacificadora; y realizó un gobierno que se destacó no solamente porque supo afrontar exitosamente importantes agitaciones políticas, sino que además llevó a cabo importantes reformas para el mejoramiento de la Administración Pública.